
El argumento se presenta muy rápido, una familia tradicional, esposos y dos hijos, desayuno familiar y todo lo necesario para notar un ambiente calido, unido, armónico. Chris (Robbin Williams), despide a sus hijos que van a la escuela, pero va a ser su última despedida ya que ellos mueren en un accidente. Como es de imaginar todo se vuelve más frío y oscuro. Hasta que llega el segundo gran momento, la muerte de Chris y su llegada al otro lado, a partir de ahí comienza la historia real, de encuentros, descubrimientos, luchas, el más allá, el paraíso y el infierno que cada uno de nosotros nos creamos.
El director guardó para cada personaje un matiz especial en función a como se toman la muerte, por ejemplo, la esposa que no tiene el valor ni entendimiento espiritual en la vida terrenal, vive su infierno (karma). El esposo que descubre lentamente ese otro lado y busca a su alma gemela para ayudarla espiritualmente a que salga de su infierno. Por ultimo, los hijos quienes logran trascender en el mas allá, son los encargados espirituales de recibirlos y mostrarles que la muerte no existe ya que el alma es inmortal.
El proceso de despertar, el mito de que la muerte es el fin y como nos creamos nuestra realidad están magistralmente presentados en esta película que esta llena de mensajes alentadores y de crecimiento espiritual, definitivamente es una obra maestra que no te podes perder.
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