22 mayo 2008

La historia del Burro

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.
El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando…
La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos…
¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

Recuerda las 5 reglas para ser feliz:
1. Libera tu corazón del odio.
2. Libera tu mente de las preocupaciones.
3. Simplifica tu vida.
4. Da más y espera menos.
5. Ama más y... sacúdete la tierra porque en esta vida hay que ser solución, no problema.

15 mayo 2008

Papas en la mochila

Un día, el maestro pidió a sus alumnos que de tarea llevaran papas crudas y una bolsa de plástico. Lo primero que dijo es que pusiran en la bolsa plástica una papa por cada persona a la que guardaban resentimiento o rencor y escribiieran su nombre en ella. Luego pidió que durante una semana llevaran a todos lados esa bolsa de papas en la mochila. ¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!
Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa a todo momento les demostró claramente el peso que cargaban a diario en sus corazones y en sus vidas debido al resentimiento. También aprendieron como, mientras ponian su atención en la bolsa para no olvidarla, desatendian cosas que eran mas importantes.
Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagamos por no perdonar algo que ya hemos pasado y no podemos cambiarse. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro, sin darnos cuenta que los primeros beneficiados somos nosotros mismos. Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental. La falta de perdón es como un veneno que tomamos diariamente a gotas pero que finalmente nos termina envenenando.
Muchas veces al primero que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron como hubieras querido que fuesen. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó…
En resumen vaciar la mochila para ir mas livianos por la vida.