
Cierto día el acróbata le dijo a la niña:
– Amiguita para evitar tener un accidente en nuestro número, mientras lo realizamos tu debes estar muy atenta de mí y yo muy atento de ti.
Pero la niña protesto:
– OH no maestro, así no funcionaria, para que realmente no tengamos un accidente mientras hacemos el número tú deberás estar muy atento de ti y yo muy atenta de mí.
A menudo estamos tan atentos en como actúan los demás que somos capaces de ver sus aciertos o errores y también sus virtudes y defectos con más facilidad de lo que somos capaces de vernos a nosotros mismos.
A menudo estamos tan atentos en como actúan los demás que somos capaces de ver sus aciertos o errores y también sus virtudes y defectos con más facilidad de lo que somos capaces de vernos a nosotros mismos.
Cuando no se vive ni se mira en primera persona es más difícil aprender, pero lo peor es que es más difícil conocerse y por lo tanto actuar correctamente. Pues bien que el animo de aprender para hacerlo bien o mejor nos haga buscar y comparar nuestro proceder con el de los demás, eso es bueno y en su medida enriquece porque siempre la experiencia enriquece aunque sea de otros pero sin perder la propia atención. Cada uno la suya.
Si cada uno se salva a si mismo, ya esta salvado el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario